Apostolado
Atendemos niños desde Kinder I a 3° de Secundaria, es el lugar donde Evangelizamos y llevamos Jesús a nuestros Alumnos para que sea conocido y Amado.
En cada inicio de Ciclo Escolar
Siguiendo el Consejo de la Santa Regla:
Ante todo pídele con oración muy insistente que lleve a buen término esta obra que ha empezado. RB. Pról. 4
Cada año con mucha Fe, oramos a Dios y le pedimos que bendiga el Colegio, también pedimos la Protección de nuestro Padre San Benito para comenzar el nuevo ciclo escolar.
Rezando el Santo Rosario, hacemos un recorrido por todo el colegio desde la capilla del Monasterio, salón por salón, oficina por oficina y patio por patio con el deseo de que el Señor bendiga a cada alumno, a cada Maestra (o) a cada Persona que se integra para desempeñarse en este bello apostolado de la Educación.
Así, por sencilla que sea nuestra tarea, tenemos la certeza de que todo es para Gloria de Dios y santificación de la Iglesia.
San Benito denomina al Monasterio como una Escuela del Servicio Divino, pues los Monjes son formados dentro del Recinto del Monasterio. Ya desde un inicio recibía niños en oblación y eran formados para posteriormente ser integrantes de la Comunidad monástica.
No hay duda que la instrucción fue impartida en los Monasterios y no simplemente a los futuros monjes, también a varios hijos de la nobleza.
El compromiso de los monjes con la lectura, la escritura y la educación aseguró que en su propia época difícil, cuando las invasiones bárbaras y la caída del orden civilizado presagiaban el total colapso cultural, el mismo terrible destino que le había ocurrido a los griegos micénicos en una situación similar no les sucedería a los europeos.
Los Monjes Benedictinos hicieron mucho más que simplemente preservar la literalidad.
A ellos, colectiva e individualmente, se debe la continuidad del pensamiento y la civilización del mundo antiguo con el tramo final de la Edad Media y con el periodo moderno".
"Hermosa es, por tanto, y de suma importancia la vocación de todos los que, ayudando a los padres en el cumplimiento de su deber y en nombre de la comunidad humana, desempeñan la función de educar en las escuelas. Esta vocación requiere dotes especiales de alma y de corazón, una preparación diligentísima y una facilidad constante para renovarse y adaptarse."
Estamos convencidas que los jóvenes anhelan una experiencia viva de Dios, es por ello que nos esforzamos en darlo a conocer impartiendo Formación Religiosa y dando un testimonio coherente de Vida.